Hoy en día, Jaca es una de las ciudades más turísticas del Pirineo Aragonés, ya que en los últimos años ha recibido a infinidad de visitantes. Conserva un casco antiguo con varias construcciones interesantes y en sus alrededores se pueden visitar multitud de monumentos, pueblos, así como realizar todo tipo de actividades según la estación del año.
Durante tu estancia en un hotel en Jaca, es imprescindible visitar la Ciudadela Castillo de San Pedro, declarada Monumento Histórico-Artístico en 1951 y restaurada en 1968. Se trata de una fortaleza de forma pentagonal construida a finales del siglo XVI, bajo el reinado de Felipe II para asegurar la frontera ante los franceses.
En su interior, hay un gran patio central con varios edificios y la iglesia de San Pedro, construida en el siglo XVIII. Asimismo, aloja el Museo de Miniaturas Militares, con miles de figuritas de plomo que muestran la evolución de los uniformes y las armas a lo largo de la historia de la humanidad.
Lo más destacable para los pequeños de la casa, es la manada de ciervos que vive en el foso desde 1974. Este recinto amurallado se encuentra en el casco urbano y, en su interior, se ofrecen actividades para toda la familita. Para conocerla a fondo, se puede visitar por libre (8 euros) o con guía (9 euros. También hay visitas dirigidas a niños, las Pequevisitas (2 euros) o Animalandia (8 euros).
Otra parada obligatoria es la Catedral de San Pedro, declarada Monumento Nacional en 1931 y Bien de Interés Cultural en 1985. Además, desde 1993 es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO dentro de la categoría Caminos de Santiago de Compostela: camino Francés y Caminos del Norte de España.
Es el monumento más importante de la ciudad y uno de los ejemplos más notables de todo el románico español. Construida en el siglo XI, tiene mucho que ver con las peregrinaciones compostelanas, ya que Jaca es la primera ciudad por la que pasa el Camino de Santiago aragonés.
Es reseñable, su pórtico, bajo el que dormían los peregrinos y el ajedrezado jaqués, que consiste en tacos decorativos a diferentes niveles que se extienden a otros templos románicos del Camino de Santiago. En la entrada del pórtico, se puede ver una vara jaquesa tallada en la piedra al lado de la puerta y en el interior hay capillas y retablos maravillosos.
Dentro de la catedral, se encuentra un claustro barroco reconstruido a finales del siglo XVII sobre el primitivo románico, que actualmente alberga el Museo Diocesano de Jaca, uno de los centros más importantes en cuanto a fondos de pinturas murales del románico de España. Estas son las joyas de la corona, pero sus más de 2.000 metros cuadrados de exposición albergan otros tesoros de arte medieval, como capiteles o tallas de vírgenes.
Está abierto todos los días menos el lunes y la entrada general cuesta 6 euros. También, se puede comprar una entrada combinada general que incluye visita a la Catedral de Jaca y al Museo Diocesano por 7,5 euros.
Al terminas estas visitas, un planazo es tomarse un café en el mítico Casa Fau y acompañarlo con un dulce de La Imperial, una de las pastelerías más famosas de Jaca. Si eres más de salado, puedes probar un Rodolfito, una gamba rebozada servida en un vaso con salsa. Es la tapa más famosa de la localidad y la sirven en La Tasca de Ana, uno de los bares típicos de tapeo del casco antiguo.
La Torre del Reloj o llamada popularmente Torre de la Cárcel porque funcionó como tal desde el siglo XVII hasta mediados del siglo XX, es una edificación gótica del siglo XV que conserva unas ventanas góticas muy bonitas. Antiguamente, el reloj tuvo tres campanas que ahora están expuestas en el patio del Ayuntamiento.
El Ayuntamiento de Jaca es un gran ejemplo del estilo plateresco aragonés del siglo XVI. Es destacable la portada con el escudo de la ciudad y las ventanas que flanquean, protegidas con rejas de hierro forjado. En su interior, además de las campanas de la torre del Reloj, hay un famoso códice: El Libro de la Cadena, manuscrito del siglo XIV que reúne decretos, estatutos, donaciones… desde el siglo X.
A las afueras de Jaca, se ubica el Fuerte de Rapitán, uno de los enclaves más interesantes del amplio patrimonio militar con el que cuenta La Jacetania. Se construyó a finales del siglo XIX como parte de una red defensiva paralela a la línea de tren Oloron-Canfranc. Está situado en el cerro del mismo nombre, a 1.142 metros de altitud y se puede subir andando o en coche.
La fortaleza ocupa una superficie de 35.540 metros cuadrados y en 1978 se reformó para convertirlo en residencia y centro de actividades culturales. Actualmente, se sigue usando para tal fin de forma esporádica.
Para los montañeros, la ruta a la Peña Oroel es un gran plan. Se trata de una cumbre a 1.769 metros de altura, visible desde cualquier punto de la localidad. La ruta de ida y vuelta desde el mirador es de unos 8 kilómetros, que se recorren en un tiempo estimado de poco más de tres horas. Quienes no se atrevan a completar la subida, merece la pena ir al menos hasta el mirador. Está a casi 1.200 metros, pero se puede ir en coche.
Por último, se pueden ver otros monumentos como el Monasterio de Santa Cruz de las monjas Benedictinas, el sarcófago de doña Sancha situado en el interior de la iglesia de San Salvador y San Ginés y la iglesia de Santiago.
Otros monumentos cerca de Jaca
Si estás alojado en un hotel cerca de Jaca, en los alrededores hay lugares muy bonitos que puedes visitar durante tu alojamiento en un hotel cerca de Jaca. Una de las visitas más próximas a la localidad es el puente de San Miguel declarado Monumento Histórico-Artístico en 1943.
A día de hoy, no se sabe con exactitud cuándo fue construido, pero se cree que data del siglo XV. En varias ocasiones, ha sido restaurado como en el año 1608 o 1816. En total, mide 96 metros de longitud y la altura máxima del arco es de 17 metros. Para llegar hasta aquí se puede hacer caminando desde el centro de Jaca, ya que realmente no está lejos de la zona urbana.
Sin duda, la estación internacional de Canfranc, declarada Bien de Interés Cultural en 2002, es otro de los lugares que hay que visitar. Se encuentra en la localidad de Canfranc, a unos veinte kilómetros al norte de Jaca, muy cerca de la frontera con Francia. Esta estación fue inaugurada por Alfonso XIII en 1928 y estuvo en funcionamiento hasta 1970.
Es considerada un símbolo en la historia ferroviaria de España y Francia gracias a la línea internacional que conectaba ambos países durante el siglo XX. La construcción es una obra espectacular de unos 240 metros de longitud y cuenta con 75 puertas de acceso. Hoy en día, se está llevando a cabo una rehabilitación integral del edificio para su reconversión en un hotel de lujo en Canfranc, así como de las infraestructuras ferroviarias.
Los objetivos de la nueva estación de viajeros de Canfranc son ayudar a mejorar las comunicaciones transfronterizas entre España y el resto de los países de la Unión Europea, situar a Aragón como una plataforma logística terrestre líder en Europa y potenciar esta zona. En el Pirineo Aragonés se pueden descubrir grandes riquezas como la gastronomía aragonesa.
Por eso, después de visitar la estación se puede comer en un restaurante en Canfranc y reponer fuerzas con un plato de carne o pescado a la brasa. Por ejemplo, en el restaurante La Estación cuentan con platos muy destacados como el pollo de corral a la brasa, el secreto de cerdo ibérico con salsa de mostaza y miel o la longaniza de Aragón.
Otro monumento situado cerca de Jaca es el Real Monasterio de San Juan de la Peña. Se encuentra en el suroeste a poca distancia de la localidad. Hay que tener en cuenta que existen dos: el monasterio antiguo de San Juan de la Peña y el monasterio nuevo. Más o menos están separados por 1 kilómetro de carretera, aunque hay rutas por mitad del campo que los une.
El monasterio viejo impresiona por su forma de construcción, ya que está encajado en la roca. Es considerado como el monasterio más importante de Aragón en la alta Edad Media. Empezó a ser construido a principios del siglo X y muchos siglos después, en el XVII, comenzó la obra del nuevo monasterio de estilo barroco.